LINA GÁLVEZ. CANDIDATA SOCIALISTA AL PARLAMENTO EUROPEO

"Hay que ir a votar para que vayamos al hospital con una tarjeta sanitaria y no con una tarjeta de crédito"

Lina Gálvez, candidata socialista al Parlamento europeo
photo_camera Lina Gálvez, candidata socialista al Parlamento europeo

Inteligente y hondamente feminista, Lina Gálvez acaba de pasarse por Córdoba junto a la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, en un acto de campaña, 'Más Europa, más feminismo', y este periódico ha aprovechado la ocasión para charlar con ella un poco más a fondo sobre sus impresiones acerca de Europa y de esta cita con las urnas.

Europarlamentaria desde julio de 2019 de la Delegación Socialista Española (PSOE) en la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D). Es doctora por el Instituto Universitario Europeo en Florencia (IUE) y catedrática de Historia e Instituciones Económicas del Departamento de Economía de la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla. Además, es científica social y feminista, comprometida con la justicia social, la igualdad de género y el equilibrio territorial de Europa. Y su objetivo, como ella misma ha plasmado en su currículum de campaña, casa con "el objetivo de hacer sostenible y resiliente tanto nuestras economías como nuestras democracias en un contexto geopolítico y económico en profunda transformación que requiere potenciar la autonomía estratégica abierta".

Cinco años de europarlamentaria dan para mucho. ¿podría hacernos un balance de ese tiempo en Estrasburgo?

En Estrasburgo, en Bruselas, en Andalucía y en muchos puntos de Europa. Han sido cinco años apasionantes. Al principio, pensábamos que lo más importante que íbamos a vivir iba a ser el Brexit y adaptar nuestra legislación para avanzar en descarbonización y digitalización. Luego vino la Pandemia, y poco después la guerra en Ucrania y la guerra en Gaza. Una legislatura llena de desafíos, en la que tuvimos que dar respuestas extraordinarias como el desarrollo y la compra conjunta de vacunas, de gas, o el mantenimiento de los ingresos de las personas y las empresas cuando gran parte de la actividad se paralizó con los confinamientos. Crisis y respuestas a crisis que nos permitieron salir de una manera distinta a la crisis de 2008, con más Europa e inspiradas en las ideas socialdemócratas y con un claro liderazgo socialista, como el del presidente Pedro Sánchez en el diseño de los fondos Next Generation.

Esto nos permite reflexionar sobre la Europa que queremos a partir del 9 de junio y a confrontar dos modelos. Si queremos una Europa de marcha atrás, en la que no todos tengamos los mismos derechos. Una Europa donde ese estado de bienestar, ese escudo social que nos iguala desaparezca con una motosierra, con falsos discursos, o simplemente por falta de presupuesto. Desde luego, ésa no es la Europa que queremos. No. Queremos una Europa donde, como decía nuestra candidata Teresa Ribera, nuestros derechos se conviertan en sus negocios.

"El coste de una 'No Europa' o de una 'Menos Europa' sería enorme para España y especialmente para Andalucía"

Lo que sí queremos es una Europa que progrese y que dé oportunidades y dignidad a todas las personas. Y para ello, necesitamos parar de nuevo a la internacional ultraderechista el 9 de junio, igual que lo paramos en España el 23 julio del año pasado. Queremos una Europa de progreso, de igualdad, de justicia social y de equilibrio territorial. Todo ello especialmente importante para las personas que vivimos en Andalucía y para que las y los más jóvenes puedan desarrollar proyectos vitales ilusionantes, con futuro y sin miedo.

Cree que el andaluz medio es consciente de la importancia de unas europeas, que quizá ve como algo muy lejano, máxime cuando somos física y literalmente la frontera Sur?

Las últimas elecciones europeas en España tuvieron un porcentaje de participación mayor al del resto de elecciones europeas: 60,73%, superando a la media de la UE del 50,66%. Del mismo modo, la curva histórica de participación en Andalucía en las elecciones europeas, que mostraba una tendencia a la baja, tuvo también un cambio drástico y positivo en 2019, puesto que la abstención se redujo en 16 puntos. Es cierto que coincidieron con unas municipales y poco después de un cambio de ciclo electoral en España. En cualquier caso, en las ocho elecciones europeas celebradas desde 1987, ha habido pleno de victorias al Partido Socialista en Andalucía.

Creo que en España y también en Andalucía, tenemos cada vez más claro lo que nos jugamos: La entrada de la derecha y la extrema derecha en el corazón de las instituciones europeas. Esto implicaría quebrar la Europa de los consensos de las fuerzas políticas, la que ha dirigido Europa desde sus inicios. Sabemos cómo actúan la derecha y la extrema derecha cuando gobiernan juntas, y sería muy perjudicial para el modelo social y europeo de igualdad, servicio público y bienestar de la ciudadanía, recortes, privatización y miedo deteriorarían nuestra calidad de vida y la propia democracia europea... Y eso sería aún más perjudicial en una tierra como Andalucía. Precisamente porque somos la frontera Sur de Europa, necesitamos más, y mejor, Europa.

Estamos en un principio de siglo bastante similar al del siglo XX. ¿Esto de los extremismos de derecha es algo cíclico?

La política, la historia, tiene ciclos, pero no se repiten, a pesar de lo que diga el dicho. El conocimiento de la historia debe servirnos para construir un mejor presente y un mejor futuro. El pasado al que muchos quieren volver ya no existe ni puede existir. Pero ahora parece que constituye un imán para el descontento y la rebeldía, a pesar de que sus propuestas no tienen sentido en este mundo tan interdependiente y no podrían traer ni el bienestar ni la libertad que prometen. Y desde luego, no para las mujeres.

Por eso, no sólo es importante que los resultados de la extrema derecha no les permitan tener un peso decisivo en el Parlamento, sino que la derecha no abandone el cordón sanitario a la extrema derecha. Es crucial que el Partido Popular Europeo se mantenga en el europeísmo, la construcción europea, la defensa de las libertades y el respeto universal a los derechos humanos. Si el Partido Popular pacta con la extrema derecha, el devenir de Europa será muy distinto al que ha ayudado a construir hasta ahora. Y las fuerzas antidemocráticas internacionales se habrán cobrado una pieza mayor.

"La número 2 de la lista del Partido Popular y exconsejera de agricultura andaluza ha sido contundente al afirmar que iba a Bruselas respaldada por los lobbies"

Sin duda, el auge de la extrema derecha tanto a nivel internacional, europeo como estatal es muy preocupante. Son negacionistas, terraplanistas políticos y científicos, juegan con los miedos de las personas y tienen una agenda económica muy clara en contra de la democracia. Para que sólo quienes tengan los medios y el dinero suficientes tengan la opción de decidir. Para acabar con nuestros servicios sociales y el estado del bienestar. Eso es lo que está detrás: La motosierra.

Si bien el resurgimiento de la extrema derecha forma parte de la historia, podemos, debemos y vamos a pararla este 9 de junio en las urnas y en el Parlamento europeo. Así lo hará, sin duda, la socialdemocracia, y espero que todas las fuerzas democráticas y pro-europeas.

¿Ese preocupante el auge de la ultraderecha es el verdadero enemigo a combatir en Europa?

Como he dicho antes, el auge de la extrema derecha es extremadamente preocupante porque están usando la democracia para vaciarla, y porque les respalda una agenda económica que dibuja el mundo de la ley del más fuerte y del sálvese quien pueda: Un cuento de la criada para las mujeres, donde nuestro propósito principal sería nuevamente parir y el control sobre nuestros cuerpos. Pero, quizá, igual de preocupante en el contexto europeo es que el Partido Popular está dispuesto a pactar con ellos como ya está ocurriendo en cientos de municipios y varias comunidades autónomas en España, donde las mujeres o la memoria democrática están siendo las primeras víctimas visibles de la mano de regalos fiscales a los más ricos.

Aunque, para eso, el Partido Popular no necesita a Vox. Lo estamos viendo aquí en Andalucía, a costa de esquilmar los ingresos que tan importantes serían para la mejora de nuestros servicios públicos de salud o educación. Desgraciadamente, el modelo de unos servicios públicos que nos igualen no es el de los populares. Prefieren las privatizaciones, que además les ofrecen oportunidades de negocio a los grupos de interés que los apoyan económica y mediáticamente. La número 2 de la lista del Partido Popular y exconsejera de agricultura andaluza ha sido contundente al afirmar que iba a Bruselas respaldada por los lobbies. Nosotros seguiremos yendo de la mano de la ciudadanía, porque es la mejor manera de frenar la regresión que nos proponen.

Cuando decimos que estas elecciones son nuestra oportunidad de parar a la extrema derecha, estamos diciendo que queremos consolidar los derechos que hemos conseguido y de avanzar en ellos, con empleo de calidad, una Europa competitiva y unida, y que tenga una voz más fuerte en el mundo. Queremos más Europa y una Europa progresista.

Hablemos en positivo. ¿Qué aporta la voz del PSOE español en el Parlamento europeo?

El PSOE aporta un europeísmo comprometido, un sentimiento europeo que tienen la inmensa mayoría de los españoles y españolas. Para España, Europa supuso modernización y progreso, y los y las socialistas queremos, como dice nuestro lema, más Europa. No sólo en su unión política o económica, sino también social, de autonomía y cooperación respecto a otros interlocutores como Estados Unidos, China, o el Sur Global. Aportamos una apuesta clara por unas transiciones justas que no dejen a nadie atrás, dando pasos hacia la descarbonización y la digitalización de nuestras economías, pero previendo los potenciales impactos desiguales en las personas, grupos de personas, sectores o territorios, para reducirlos y paliarlos en lugar de ampliarlos. Nunca hay que olvidar que la velocidad del tren, al fin y al cabo, es la de su vagón más lento. Por eso nuestra apuesta clara es por la innovación y la formación de la población.

"Nunca hay que olvidar que la velocidad del tren, al fin y al cabo, es la de su vagón más lento"

Para ello, las universidades deben jugar un papel esencial. Y aquí en Andalucía tenemos un buen sistema público de universidades para aprovechar, siempre y cuando la apuesta privatizadora del gobierno de Moreno Bonilla por centros privados de baja calidad no estropee lo que tantos años y décadas ha costado construir.

De hecho, las transiciones verde y digital, para que realmente sean justas, necesitan acompañarse de una tercera transición: Una transición en la organización social de los cuidados, para que no recaigan de manera automática y no reconocida en las mujeres. Esto se hace principalmente igualando permisos como hemos hecho aquí en España con el Gobierno progresista, y con una gran apuesta por los servicios públicos universales y un combate integral frente a la discriminación y los estereotipos de género.

En definitiva, abogamos por más Europa y defender la democracia frente al fascismo, porque avanzar en más Europa con justicia social es progreso.

¿España sigue siendo el hermano pobre de Europa o ya ha subido de categoría? ¿Cuál sería, entonces, su nuevo papel en el seno de la UE?

España no es el hermano pobre de Europa. La andadura europea y los gobiernos socialistas nos han hecho mejorar en muchos aspectos. En especial en los últimos años, hemos logrado converger gracias a nuestra economía y a políticas laborales y sociales. Si bien es cierto que debemos continuar mejorando en PIB per cápita, salarios, empleo y lucha contra la pobreza, los logros económicos del Gobierno de Pedro Sánchez son indiscutibles.

"Hay que votar por el futuro sin miedo, con alegría, cabeza y corazón; el corazón de una Europa solidaria en la que no deshumanizamos al otro"

Somos uno de los países europeos que más crece, el que más empleo genera, 21 millones de personas cotizando en la Seguridad Social, 10 de ellos, mujeres. Además, este empleo es de mejor calidad y con mejores salarios gracias a las subidas del salario mínimo. Se ha hecho reduciendo el déficit y la deuda, y demuestra que es posible crecer y repartir mejor, como lo demuestra también la disminución de las desigualdades económicas por primera vez en muchos años. 

Aún queda mucho por mejorar, y creemos que con más y mejor Europa, a España y también a Andalucía, pese a la baja ejecución de los fondos europeos de nuestra comunidad, nos irá mucho mejor. El coste de una 'No Europa' o de una 'Menos Europa' sería enorme para España y especialmente para Andalucía.

España tiene un carácter inequívocamente europeísta y así es reconocida por el resto de países de la UE. En esta legislatura, ha tenido un papel líder con Pedro Sánchez en el diseño de la salida de la crisis sin abandonar la adaptación a la descarbonización y la digitalización con los fondos Next Generation. Además, hemos destacado en política energética, con Teresa Ribera a la cabeza; en política exterior, donde destaca el Alto Representante Josep Borrell con su acción en favor de la paz en Gaza; en economía, con la exministra y presidenta del Banco Europeo de Inversiones Nadia Calvino, o con la presidencia española del Consejo, donde se abordaron asuntos de gran trascendencia para los próximos años como la ampliación de la UE y el lugar de Europa en el nuevo orden mundial, desarrollando el concepto de autonomía estratégica abierta.

En definitiva, España se ha convertido en un ejemplo y actor relevante en Europa, en gran parte como fruto del carácter y vocación europeísta del Gobierno de España y de Pedro Sánchez.

Tasa turistica, ¿si o no?

Una tasa turística, un impuesto que los turistas tienen que abonar durante su estancia en la ciudad elegida como destino, es algo a lo que cualquiera está habituado si viaja a algún punto de Europa. La presión turística en Andalucía, como en otros puntos de España y Europa, es muy alta y ocasiona gastos extraordinarios en servicios públicos de todo tipo que debieran ser compensados a través de dicha tasa. Así mejorarían también los servicios a las y los ciudadanos quienes, aunque pueden beneficiarse de la bonanza del turismo, sufren su masificación y el efecto en los precios. Muy particularmente, en los de la vivienda, crucial para los jóvenes puedan comenzar un proyecto de vida propio.

"La internacional ultraderechista va a salir a votar, y quienes defendemos la democracia tenemos que tenerlo igual de claro"

Claramente sí, a favor. Lo está el PSOE andaluz, pero también otros grupos, que han reclamado un modelo de fiscalidad turística en Andalucia en el Parlamento andaluz. Lo chocante en este caso es que el Gobierno andaluz suspenda su implantación, pero decida, al mismo tiempo, cobrar una tasa específica para los museos. Mientras se hacen regalos fiscales al 2% más rico de la población andaluza, se grava la cultura ¿Dónde está la coherencia? ¿Dónde las prioridades? Nuestras ciudades y municipios necesitan recursos para salir de la asfixia y poder prestar mejores servicios a la ciudadanía, y para que la cultura sea palanca de libertad y no de privilegio.

¿Qué mensaje lanzaría a los electores para que no se queden en casa el día 9 y vayan a votar?

Al principio, cuando respondía a esta pregunta, hablaba de la necesidad de seguir con la transición verde, digital, haciéndolo con justicia social y territorial. Últimamente creo que es muchísimo más sencillo. Necesitamos que el proyecto europeo, tal y como lo conocemos, continúe y mejore. Me refiero sencillamente a salvar la democracia y mantener un modelo económico compatible con un escudo social que podamos seguir yendo al hospital con una tarjeta sanitaria y no con una tarjeta de crédito.

Éstas son las primeras elecciones en las que la ultraderecha puede entrar en las instituciones europeas de la mano de la derecha, del Partido Popular Europeo. Y por eso es tan importante no quedarse en casa y salir votar. Porque quien va a votar en contra de Europa, de nuestros derechos, en contra de la libertad de las mujeres para decidir sobre nuestro cuerpo, en contra del escudo social, en contra de los derechos LGTBI, y a favor de los privilegios de unos pocos para que cada vez acumulen más, lo tiene claro. La internacional ultraderechista va a salir a votar, y quienes defendemos la democracia tenemos que tenerlo igual de claro, para que no voten por nosotras ni decidan por nosotras. Para no retroceder en los derechos que tanto nos ha costado conseguir.

Hay que votar por el futuro sin miedo, con alegría, cabeza y corazón; el corazón de una Europa solidaria en la que no deshumanizamos al otro. Mi apuesta por la papeleta socialista es clara y espero que también lo sea para la mayor parte de las personas que quieren seguir construyendo una Europa en paz, donde prime el respeto a los derechos fundamentales y las libertades. Aquellas que solo podemos disfrutar con una prosperidad compartida y un acceso a los recursos y los servicios con justicia social.

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