Vecindad y administraciones aún no han terminado de verse las caras en el proceso participativo sobre el futuro de la Ronda Norte, porque todavía siguen sobre la mesa los detalles acerca del aspecto que va a mostrar esa gran infraestructura viaria a la altura de la Avenida de La Arruzafilla y con qué elementos va a contar para que ésta sea de verdad "más amable", como en su día señaló el alcalde, José María Bellido (PP), y que, entre otras cuestiones, va a contar con semaforización en las glorietas afectadas, como es el caso de la de Académica García Moreno, junto a los multicines de El Tablero.
Por tanto, el presidente del Consejo del Movimiento Ciudadano (CMC), Juan Andrés de Gracia, ha explicado que lo que dijo el regidor cordobés sobre que el proceso participativo se había agotado es correcto en lo que se refiere a que no se va a soterrar más tramo de Ronda, como pedía el Consejo de Distrito Noroeste. "Los procesos son participativos, pero eso no significa siempre que al final se llegue a un acuerdo total", ha señalado, para añadir que en este caso ha sido un proceso "intenso", y en el que "todavía estamos en la última fase", es decir "viendo los detalles de lo que nosotros llamamos la solución dos".
¿Por qué el soterramiento?
De Gracia ha querido aclarar que la solución uno, o sea el soterramiento de más tramo de Ronda, que implica una mayor inversión, no era por simple capricho o estética, sino que se basaba en dos cuestiones fundamentales. Por un lado, evitar en la Glorieta Académica García Moreno lo mismo que ahora ocurre en la Glorieta María de Maeztu, junto al Hipercor, con los problemas de tráfico que se generan allí.
En este sentido, el representante del CMC ha indicado que el interés de sus representados es saber si se han previsto ya todos los cambios urbanísticos en esa zona: El Plan Parcial O2 (373.863 metros cuadrados para más de 1.300 viviendas como prolongación natural de San Rafael de la Albaida) y el Plan Parcial O3 Huerta de Santa Isabel Este (404.893,12 metros cuadrados para 2.933 viviendas), que tienen que ejecutarse, al tiempo que tiene que rematarse por completo todo el Plan Parcial O5 Camino de Turruñuelos o del Hipercor (323.754 metros cuadrados para 1.236 viviendas). Eso implica que en esa parte de la ciudad "hay una población que tiene que salir por algún lado y queremos evitar tener que gastarnos en el futuro dinero para resolver otro problema como el actual en la glorieta del Hipercor".
La segunda cuestión es que cuando se ejecutó la Ronda de Poniente (la A-3050), las viviendas que han quedado más cerca de la última parte, que va desde la Glorieta María de Maeztu hasta la de Académica García Moreno, "están experimentando lo que supone vivir cerca de un vial tan potente de tráfico como es ése". Ambos argumentos fueron usados sin éxito para pedir el soterramiento de un tramo mayor de la Ronda Norte.
Trazado amable y más humano
Centrándose en la "solución dos", Juan Andrés de Gracia ha explicado que se trata de que el tramo que va desde la Glorieta Académica García Moreno hasta que sale a la Glorieta de Santa Beatriz, junto al Carrefour, "sea lo más humana posible y lo más respetuosa posible con las viviendas que hay más cercanas", de ahí que "aún seguimos trabajando y no hemos acabado con el proceso participativo en ese sentido".
¿Eso qué significa? Por lo pronto añadir elementos de tráfico y de diseño, que ayuden a lo que pide la vecindad. Y, según De Gracia, "ahí hemos encontrado mucha receptividad de la junta y el Ayuntamiento, fundamentalmente del alcalde, para que ahí transcurra una avenida amable".
A efectos prácticos, la Ronda Norte va a estar separada casi 20 metros de donde está actualmente la Avenida de La Arruzafilla, con elementos intermedios de separación entre ambas. Es más, la Ronda por esa parte va a estar deprimida en torno a metro y medio con respeto a la altura actual del suelo y por encima "se queda una especie de loma de entre 12 y 14 metros de ancha que llevará también una barrera vegetal", ha indicado el presidente del CMC. De ese modo, se busca mitigar los efectos de la Ronda tanto visuales como de ruido.
Lo que vecinos y vecinas no quieren es que la Ronda, al menos por allí, sirva para dar la vuelta a Córdoba a 80 kilómetros por hora, de modo que por esa parte será como en el resto de la ciudad, a 50 kilómetros máximo, sólo que con una capacidad de tráfico mucho mayor que las vías convencionales. Y eso implica semaforizar las glorietas por las que pasa. De ese modo no sólo se aminora la velocidad, sino que se practica un reparto más equitativo de los vehículos a la hora de acceder a la Ronda o simplemente seguir camino en otra dirección.
"El acuerdo es que la Ronda cruza la ciudad y no debe ser una pista rápida", ha indicado el representante del CMC, de ahí que "aún estamos acabando de ver planos sobre semáforos y pantallas vegetales"; elementos que, además, se podrán complementar con actuaciones posteriores del Ayuntamiento con el mismo objetivo.
La segunda fase
Evidentemente, la Ronda Norte no acaba ahí. Hay una segunda fase, que es la más complicada y mucho más costosa que la primera, y en la que igualmente queda pendiente para demanda vecinal sobre la aún no han recibido respuesta. En palabras de Juan Andrés de Gracia, "cuando hace tres o cuatro años hablábamos de estos temas hubo un compromiso, que sigue sin definirse, de que cuando esto se pusiera ya en marcha, y parece que ya va a ser así, al mismo tiempo se tendría que sacar el proyecto de la segunda fase de la Ronda correspondiente a la Junta".
Se trata del tramo que va, más o menos, desde la Glorieta de Santa Beatriz, cerca del IES El Tablero, hasta La Asomadilla para unirse con el trozo de la Ronda ya terminado por el Ayuntamiento.
El presidente del CMC ha indicado que hubo un compromiso verbal inicial de que eso sería así, con la intención de que la gente de la zona Norte-Sierra estuviera más tranquila sobre cómo va a ser el diseño futuro de la Ronda, "en caso de hacerse", y no dejarlo todo a modo de espada de Damocles sobre la vecindad. Pero las cosas están poniéndose en marcha y el proyecto de esa segunda parte no se ha iniciado.
Coste disparado
Ese "en caso de hacerse" expuesto por De Gracia tiene toda la intención del mundo: "La última vez que hablamos en una reunión apuntaron que el coste de esa segunda fase sería de en torno a 100 millones de euros, pero muy probablemente a día de hoy se haya disparado a los 150 millones".
Por tanto, y teniendo en cuenta que las previsiones actuales de la primera fase es que pasan de los 17 o 18 millones pensados inicialmente a los 33 o 35 millones que se van a gastar finalmente, "muy posiblemente la segunda fase se dilate en el tiempo, ya veremos hasta cuándo", porque ya se ha pasado de los 90 millones iniciales a los 100, y pueden ser todavía más.
En el soterramiento de la segunda fase se salva el colegio Pablo García Baena, pero no la parte Sur del camping, que ha sido uno de los motivos por los que no ha vuelto a activarse en años ni probablemente vuelva a hacerse, ya que su adecuación a las normativas actuales sobre espacios de acampada requeriros de un importante inversión para su adaptación.
