Sobre las 08.39 horas del martes, 16 de julio, una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico de Córdoba que se encontraba realizando un control del transporte rutinario en la A-4 (Madrid–Cádiz), a la altura del municipio de Córdoba capital, procedieron a inspeccionar un camión de 40 toneladas observando que el conductor presentaba signos externos de embriaguez, además de despedir un fuerte olor a alcohol.
Por esa razón procedieron a realizarle las oportunas pruebas de alcoholemia y drogas, y el hombre terminó arrojando una tasa de 0,63 y 0,65 mg/l, lo que supone cuadruplicar la tasa máxima permitida para un conductor de un vehículo pesado, que es de 0,15 mg/l aire espirado.
El vehículo, que transportaba paquetería desde Madrid hasta Sevilla, quedó inmovilizado y señalizado en el mismo punto donde tuvieron lugar las actuaciones, hasta que otro conductor habilitado se hizo cargo del mismo.
El conductor ebrio, de 59 años de edad y natural de Almería, podría enfrentarse a una sanción de 1.000 euros y una detracción de 6 puntos del permiso de conducción por infringir lo prevenido en el art. 20.1 del vigente Reglamento General de la Circulación.
Para ser consciente del riesgo que esto supone, baste recordar que en julio de 2017 un conductor ebrio de un camión acabó con la vida de una persona al arrollar el vehículo en el que viajaba también en la A-4. En esa ocasión, el conducto fue evidentemente detenido.
