En un partido complicado y por momentos bastante bronco (plagado de molestos mosquitos), el Córdoba CF se ha impuesto esta noche al filial del Barcelona por 2-1, tras rematar un buen gol visitante al cuarto de hora que puso el encuentro muy cuesta arriba.
Ante 21.485 exaltados y exultantes espectadores (más de un centenar, blaugranas, que se hicieron notar), las providenciales intervenciones de Carlos Marín (que hoy cumplía un centenar de partidos) nada más empezar y un Adilson Mendes inconmensurable, que se echó el equipo a la espalda como un Hércules luso, permitieron a los de Ania remontar con dos goles del 'killer' Toril, al que no le vendría mal agradecer de cuando en cuando los buenos centros que le dan sus compañeros de equipo.
Les bastaba empatar, pero los blanquiverdes metieron la quinta para lograr eso y mucho más para entrar a lo grande (hasta el presidente de la Junta, Juanma Moreno, estaba en el palco) de cabeza en la Segunda División, en el fútbol profesional, cinco años después de ser expulsados del Paraíso.
Pero antes, una megacelebración en la Plaza de Las Tendillas.
