El Ayuntamiento de Córdoba quiere que en los espacios museísticos de su competencia -el Julio Romero de Torres, el Taurino, el Bellas Artes, el Alcázar de los Reyes Cristianos y los Baños Califales- haya un servicio de "mediación cultural" entre el visitante y las obras de artes que contengan o se pongan en el interior de los museos, para lo cual ha calculado una licitación de 1.302.249,34 euros (con IVA) que cubriría los gastos del servicio durante dos años, con posibilidad de prorrogarlo como mucho durante dos años más (cuatro, en total).
En principio, para 2024 se ha calculado un gasto de 158.940,47 euros; para 2025 serían 647.856,75 euros y para 2026, 495.452,12 euros, en todos los casos con impuestos incluidos. Se propone un horario de servicios máximo de 9,5 horas, de lunes a domingo, en el que el 1 de enero y el 25 de diciembre no habría servicio.
Las empresas interesadas deberán enviar sus propuestas antes del 23 de gasto, a las 23.59 horas. La apertura de oferta económica tendrá lugar el 24 de septiembre, a las 09.00 horas.
Ejemplo del Museo Reina Sofia
Pero, ¿qué es la medición cultural? La página web del Museo Reina Sofía, donde se ofrece este servicio gratuito desde marzo de 2011, lo explica bastante bien: "Promover una relación más activa y flexible con el visitante, en la que se facilite el alcance a los contenidos desplegados tanto en la colección como en las exposiciones temporales".
En el caso del museo madrileño su equipo de mediadores culturales está compuesto por expertos en arte contemporáneo y cultura visual, y sus funciones son asesorar al visitante que lo solicite en la construcción del sentido de su visita; resolver las dudas del visitante con respecto a los contenidos de la colección; realizar visitas comentadas a la colección y a las exposiciones temporales, e informar al visitante sobre las actividades relacionadas, y dar a conocer al público las herramientas interpretativas que tiene a su disposición y orientarle en su utilización.
Algo similar se indica en la memoria justificativa de este servicio. Y es que la Red de Museos Municipales recibe un gran número de visitantes a lo largo del año, y la atención a esta importante afluencia de personas, más allá de las cuestiones de mera seguridad y control de acceso, es una tarea de gran importancia para obtener la satisfacción del público. Este servicio, por tanto, cubriría los objetivos de aportar satisfacción al público y obtener un conocimiento de ese grado de satisfacción que permita luego tomar decisiones estratégicas.
El objeto del presente contrato es la contratación de un servicio de mediadores culturales para cubrir las necesidades de mediación cultural, la información multilingüe, la recogida de datos estadísticos y atención personalizada de visitantes, de acuerdo con las determinaciones indicadas en el pliego de prescripciones técnicas particulares.
De origen canadiense
La memoria justificativa insite en el concepto de mediación cultural: El mediador cultural se ocupa del análisis de las formas de difusión de ideas, y también de la difusión de productos culturales. El término mediación cultural surge en Canadá en la transición del siglo XX al XXI, entendido como un método de desarrollo cultural que persigue 2la democratización de la sociedad y su inclusión en el diálogo con la cultura".
El diccionario de la Unesco define el término mediación relacionándolo con la comunicación y las relaciones públicas de las instituciones culturales. La actual museología define la mediación como parte de la comunicación donde confluyen tres aspectos principales: El trabajo científico, las tareas de investigación, y la actividad expositiva y educativa.
En toda Europa, la mediación adquiere un concepto amplio, incluyendo temas de educación, comunicación y promoción. Se persigue alcanzar la inclusión en las instituciones culturales. En definitiva, el mediador cultural pretende comunicar y divulgar el conocimiento, derivado del museo o monumento sobre el que trabaja. Desarrolla su trabajo en contacto directo con el público, ayudándole a entender la cultura y sus formas de expresión. Se preocupa en adaptar su trabajo al nivel de conocimiento y habilidad del público y esto último es fundamental para hacer que la cultura llegue al gran público, tenga las capacidades que tenga.
Memoria de fortalezas y debilidades
Actualmente, las instituciones culturales buscan diversificar las posibilidades de interpretación de las colecciones y monumentos, adaptándolas al tipo de educación y el nivel cultural de visitante. En este sentido, promocionar el diálogo y el intercambio de conocimientos es de vital importancia en la mediación cultural. Pero el mediador no se considera un experto ni sirve para dar una información exhaustiva de la colección, sino que procura la formación de la mejor experiencia de los visitantes. El trabajo del mediador, por tanto, implica capacidad de improvisación y la adaptación a la audiencia a la que se dirige, usando el lenguaje más conveniente a acda circunstancia.
Un elemento muy interesante del contrato es que las empresas interesadas por la adjudicación del servicio tendrán que elaborar una memoria en la que plasmar la identificación de las fortalezas y debilidades del servicio actual en la Red de Museos Municipales de Córdoba; un plan de trabajo a llevar a cabo, a partir del diagnostico anterior; una propuesta de estructura de servicios, de forma que siempre se cuente con la necesaria atención en distintas ubicaciones; soluciones ante las situaciones de especial afluencia de público; servicios concretos para el público con necesidades especiales; recursos específicos para la visita de niños y familias y la posibilidad de tematización de las visitas.
