José Antonio Gutiérrez nació en la zona de Valdeolleros, donde todavía están sus padres viviendo. Estudió en el colegio Virgen de Linares, en la calle de al lado de donde está la casa de sus padres, la ESO la cursó en el IES La Fuensanta y el Bachillerato lo hizo en la Escuela de Arte de Mateo Inurria. ¿Que por qué se entrevista a este cordobés? Pues porque, sencillamente, tiene un espíritu inquieto y creador, que le ha llevado a hacer música como batería, con Mike Sun y en el grupo de Punk Ramen!, pero también hace cine. Se dedica a esos pequeños bocaditos que son los cortos, que en gastronomía corresponderían a unas tapas, pero que en su caso son de calidad, como si las elaboraran en los fogones de Noor o de Choco.
Su último trabajo es de 2023, se llama 'Tumbas vecinas', rodada en pleno mes de junio en el cementerio de Priego de Córdoba, y lleva ya en su haber cuatro premios (tres de ellos del público, que son los que mejor sabor de boca le dejan al director) y más de 15 selecciones oficiales. Uno de esos premios, el de la XXXIII Muestra de Cine Internacional de Palencia, envía a este cortometraje directamente a competir por los Goya, como dice su socio en Inania Studios, Álvaro García, "sin pasar por la casilla de salida". ¿Qué más quieren? Lo dejamos en la Escuela de Arte de Mateo Inurria...
Ahí es donde se le metió el cine en el cuerpo, supongo, ¿No?
Bueno, un poquito antes. En el colegio ya hacía viñetas de cómic y otras cositas creativas.
¿Dibujaba antes que hacer películas, entonces?
Sí. Empecé un poco por ahí. Por el mundo del cómic, videojuegos y cosas de ésas. Me gustaba mucho eso de pequeño y ya en el colegio me dedicaba a hacer historias y dibujaba mucho.
Y eso fue lo que le hizo meterse en la Escuela de Arte.
Claro. Era lo que más se asemejaba a lo que me gustaba.
De todos modos, dibujar no es lo mismo que hacer películas. ¿Cuándo vio que su destino era hacer cine?
Recuerdo que cuando estaba en el colegio nos gustaban mucho los juegos de rol en la típica reunión de amigos en la que te imaginabas las historias y demás. Entonces diseñé un juego, al que luego no jugamos porque requería demasiado tiempo y demasiado esfuerzo, pero sí hice una historia, y uno de mis amigos me dijo que sería genial hacerla en película, Y justo él tenía una cámara de vídeo casera y ahí me entró el gusanillo de pensar en pasarla a una ficción grabada.
De todo ese grupo de gente con los que jugaba al rol, ¿alguien más se ha metido en el cine o en algún otro tipo de arte?
Pues no, la verdad que no. Creo que ninguno. Era gente del colegio, cuando teníamos 13 o 14 años, y les he perdido la pista. He coincidido con alguno, pero no les sigo mucho.
¿Dónde se formó propiamente dicho para hacer cine?
Hasta los 30 años fui un poco autodidacta. Leía muchos libros, veía mucho cine, cuando estaba en la Escuela de Arte hice algunos cursos de extensión universitaria del Aula de Cine de la Facultad de Filosofía y Letras. Fui cogiendo ahí algunas nociones. Luego hice un corto también en 2006 y hacía un poco de práctica. Y a los 30 años decidí dar el salto y me fui a la Escuela de Cine de Cuba.
¿Y por qué dio ese paso?
Porque todo lo relativo al guión, que fue lo que yo estudié en Cuba, me parecía que era mi punto más débil. Me gustaba mucho crear historias, pensar en los personajes y tal. Pero escribir un guión de cine es algo muy complejo. Hice un curso con una gente de Madrid en la actividad 'Un verano de Guión', y ahí comunicaron que había un master nuevo en la Escuela de Cuba, que yo la conocía ya por algunos algunos amigos que habían estado por allí. Me llamaba mucho la atención, porque sabía que era muy potente y, además, era en lengua castellana. Vi la posibilidad de irme, porque mis padres me apoyaron económicamente, y di el salto.
¿Cuánto cuánto tiempo estuvo allí?
Los seis meses que duraba el curso. Era un máster intensivo. Además, en esa Escuela es que vives allí: Por la mañana hay cine, por la tarde hay cine, para comer hay cine y cine también para cenar. Es un paraíso para eso, lo único que ocurre es que es un sitio muy aislado, y es verdad que te desconectas del mundo por completo. Pero aprendí muchísimo.
Y ya volvió con la capacidad no sólo de crear historias, sino de pasarlas técnicamente a un guión.
Sí. Ahí sigo todavía.
Continúa formándose, entonces.
Bueno, más que formándome, practicando. También hay otro episodio importante antes justo de irme a Cuba y es que monté una producción, una serie de ficción, que tuvo también mucho revuelo: 'MemE'. Era ciencia ficción. Nos juntamos un par de amigos, alquilamos una nave, montamos un decorado y estuvimos cerca de cuatro años grabando lo que iba a ser nuestra serie. Al final, por problemas presupuestarios, sobre todo, y porque se me escapó un poco de las manos hacer ciencia ficción, la verdad que fue complicado terminarla, especialmente en materia de postproducción. La grabación la hicimos, hubo mucha gente que colaboró, llegaron a pasar más de 40 actores. Al final, justo después de la pandemia, al estar confinados en casa, se me ocurrió darle una vuelta, hicimos un montaje final, y con la ayuda de algunas alumnas que tuvimos allí en la empresa de prácticas, se terminó. De hecho, está en la plataforma Filmin ahora, que es una miniserie de cuatro capítulos.
¿Tuvo su público, verdad?
Sí, se realizó un estreno aquí en abierto como una serie web, con episodios más pequeños, en un formato para darle salida. Y, sí, tuvo un poquito de promoción. Y al final a Filmin le dijimos que queríamos dejarla en una plataforma y nos respondió que sí, pero convirtiéndola en miniserie, porque series web no cogían. Ellos veían que tenía salida con un montaje nuevo para cuatro episodios y ahí se quedó.
¿Cómo la transformaron? ¿Cómo pasó de ser una serie web con una determinada calidad a otro formato con una calidad mayor?
No era tanto una cuestión de calidad, sino del formato de los episodios. La serie web tenía 12 o 13 episodios de unos 10 minutos cada uno, y la miniserie tiene cuatro de 25. Lo que haces es simplificar un poco y sacamos fuera muchas tramas del medio y al final los episodios eran un poco más largos. Nos lo hicieron como sugerencia para que nos pudieran vender como ficción y entrar, así, en más catálogos y se va a ver más que si lo dejáramos en el formato web.
Hábleme de su trabajo. ¿Cuántas películas tiene? ¿Cuándo empezó a hacer películas?
Yo hice mi primer corto en 2006, 'Adam', que ya tuvo una producción más seria con tres personas. Salió bien y ahí nos dieron un premio en un festival que montaron en Priego de Córdoba, que aunque luego no continuó la verdad es que era bastante potente y estaba dedicado al padre de Chicho Ibáñez Serrador con la presencia de bastantes personalidades. Después de eso estuve un tiempo quitado un poco de en medio para dedicarme a la música y al sonido, en donde también hago mis cosillas por ahí, y hasta que volvimos con la producción de 'MemE', que fue en 2010, en esos cuatro años estuve con la música y sonidos, haciendo algunos cursos de sonido de estudio y de ingeniería de sonido.
¿Y cómo es que le dio por ahí?
El mundo de la música fue por amigos de la época de la Escuela de Arte que tenían su grupo y empecé a tocar a la batería y a cantar con ellos. Y hasta el día de hoy sigo en un par de bandas en Córdoba.
¡Dígame cuáles son, hombre!
Pues estoy tocando ahora mismo con Mike Sun, que es un italiano afincado en Córdoba y que hace un Pop muy preciosista y ha sacado ahora un disco y la otra es Ramen! con la que empezamos hace ya un tiempo y ganamos varios concursos aquí.
¿Compone también entonces?
No soy compositor, o sea, no compongo con notación y armonía, porque no tengo formación y los baterías de notas no entendemos, pero con Ramen!, por ejemplo, sí hago muchas melodía y letras. Técnicamente no es componer, porque habría que pasarlo a una partitura o algo, pero bueno, es algo creativo.
¿Compagina ahora sonido y cine?
Sí, sí, con la música, sí. Lo que pasa es que tampoco hay tanta actividad musical. Estamos con el proyecto de Mike Sun, que sí esperamos que tenga más espacios y locales para dar a conocer su segundo disco, 'Alice without friends', que lo presentó hace dos semanas, y esperamos que consiga buscar más sitios para tocar. Y con Ramen! presentamos también el disco y ahora mismo estamos un poco más parados. En la época de verano los músicos profesionales, que no es mi caso, pero sí lo es de mi compañero de Ramen!, sí están tocando por muchos sitios y los proyectos personales se aparcan un poquito.
Vamos a hablar del premio para su corto 'Tumbas vecinas' en la XXXIII Muestra de Cine de Palencia. ¿Qué se siente?
Fue un auténtico subidón. Sobre todo porque no esperaba que nos dieran un primer premio.
¿Por qué dice eso? Se supone que cuando usted hace una película o cualquier otra cosa lo hace a fondo, a tope, pensando en que va a gustar ¿no?
Sí, sí. De hecho que nos den sitio y nos seleccionen en festivales, que llevamos ya un montón, siempre es una alegría y no dejas de tener tu esperanza en que puede que te den algo. Pero, bueno, habiendo tantos premios a la dirección y demás, que te otorguen el premio principal no deja de ser algo inesperado. Sobre todo porque hay producciones que muchas las conozco y sé que tienen un nivel que a cualquiera de ellas se lo podrían haber dado.
Se lo voy a plantear de otro modo: ¿Se merece el premio, o no?
Hombre, yo creo que sí. Que no lo esperemos no quiere decir que no nos lo merezcamos.
El premio de Palencia, aunque importante por ser un Festival colaborador con los Premios Goya, no ha sido el único para 'Tumbas vecinas', ¿verdad?
Llevamos cuatro premios más. Es verdad que el de Palencia es el más sonado, pero contamos con otro premio a la mejor fotografía y el premio del público en la XXXV Semana del Cine de Mula (Murcia). Luego nos han dado en La Algaba (Sevilla), en el II Certamen Cinematográfico Igualgaba, que es un Festival que mira mucho por la igualdad de género, el premio del público, y el último nos lo dieron la semana pasada en Rural Fest de Madrid, que es un festival sobre cine rural, y fue también el premio del público. Y la verdad es que los tres premios del público sientan muy bien, porque siempre tienen un algo especial y esta muy bien que a la gente le guste tu trabajo.
Y ya que estamos, ¿va a hacer algún largometraje?
Estamos con un proyecto. De hecho, tenemos un proyecto ahora de serie de ficción y de largo de ficción. Lo que pasa que estos proyectos requieren su tiempo. En noviembre grabamos otro corto, que requiere mucho menos tiempo de preparación y sobre todo de financiación y es mucho más fácil de conseguir. Una película siempre es más compleja. Pero estamos en ello.
¿Se hace fácil hacer cine en Córdoba?
Hombre, fácil hacer cine, ¿cómo? Porque el cine, digamos, de primera línea, con material de cine y demás, no sabría decirte. Creo que en cualquier sitio te puede resultar igual de fácil o de difícil, depende de las pretensiones que tengas. Aquí cualquiera te puede hacer una película con tres duros. Pero si hablas de hacer cine de una forma más profesional para proyectarla en pantalla grande, la producción requiere sobre todo de dinero. En nuestro caso, lo que de verdad movió este proyecto en el fondo fue la Asociación de Cine nueva, que mi socio, el productor, Álvaro García, es el vicepresidente.
Está hablando de la Asociación de Cineastas Record.
Sí, sí. Estoy hablando de Record, que son los que impulsaron el Campus de Cine de Diputación y ahí se entregaba ya un mínimo presupuesto para hacer el corto, porque uno de los premios era que el guión que ganaba se producía. Y entre eso y la Film Office de Priego, que también está apostando mucho por el cine y es una alegría y aportó su parte de financiación, ya sea más o menos, pero es un puntazo. A eso hay que añadir el esfuerzo de nuestra empresa, Inania Studios, la productora nuestra, que prácticamente nos gastamos los ahorros que teníamos, y es lo que levantó el proyecto.
Claro. Le iba a preguntar por qué estaba hablando todo el rato en plural...
Sí, es que la empresa la formamos dos socios, y somos los que estamos ahí luchando por hacer cine y para eso nos juntamos.
¿Qué tipo de historias le gusta contar a usted?
(Duda). A mí me gusta mucho el cine fantástico y la ciencia ficción; el terror, quizá menos, pero me gusta mucho en general el cine que se salga un poco de de la norma. Me gusta mucho el drama real y siempre me gusta mirarlo todo desde un punto de vista algo más excepcional. Y, quizá, últimamente me está tirando mucho la comedia. Pero no la comedia tal cual, sino que he encontrado un poco mi sitio y creo que me gusta mucho la comedia negra: Me gusta mucho contar las cosas de una forma que, por muy dramática que sea, hacerlo de forma divertida o, al menos, simpática.
¿En plan Alex de la Iglesia?
No me gusta mucho Alex de la Iglesia. Quiero decir que me gustan sus propuestas, me cae muy bien y me parece muy buen director, pero sí creo que tiene un punto muy costumbrista que a mí no me llama. Yo soy un poco más raro.
Pero en sus historias hay ciencia ficción, fantasía y otros ingredientes que podrían considerarse 'rara', ¿no?
Sí. Me gusta ese tipo de cine. Me gusta mucho David Lynch y todo ese tipo de cine que está muy fuera de la normalidad. Busco cosas que te remuevan no sólo porque el tema sea más o menos dramático, sino por el punto de vista y, sobre todo, por el tono con que se cuenta. Creo que es de lo más importante a la hora de encontrar tu voz como cineasta: Más que nada el tono y que tengas tu forma personal de ver las cosas, y eso me ha costado mucho encontrarlo. Han sido muchos años hasta que he visto por dónde iban los tiros. De hecho, 'Tumbas vecinas' no lo he escrito yo, no es mi guión, aunque sí está pasado por ese tono que te comento, y, de hecho, los elementos de corte fantástico que tiene el corto son aportación mía, porque la historia era mucho más costumbrista y carecía de esos tonos sobrenaturales, entre comillas. Y este nuevo guión, que además tiene algo más que ver con la ciencia ficción y es también comedia-terror y esa sí entra dentro del tono éste que yo quiero.
Se aleja, por tanto, un poco bastante de las historias que se cuentan en el cine español, donde se toca demasiado el costumbrismo, las historias extremadamente urbanas y demás.
Sí, bueno, Los temas al final son los mismos, pero el tono los diferencia un poco. Es que también depende. Hay películas como 'El laberinto del fauno' al final que te cuenta la historia de los maquis tras la Guerra Civil pero desde ese punto de vista diferente que te digo.
¿Son ésas el tipo de películas que a usted le gustaría hacer?
Pues no lo sé. Si me preguntas por las últimas películas que me hayan fascinado no sabría qué decirte. Pero me gusta también un tipo de cine más intimista, aunque no sea tanto con ese tono sobrenatural y ese tema fantástico, pero al final todo depende mucho del punto de vista y la forma de contar. Recuerdo que hace poco vi 'Retrato de una mujer en llamas', de Céline Sciamma, por ejemplo, que me parece una película increíble, y, al final, es una historia mínima con dos personajes.
Si le digo la verdad, no sé si es que hay un momento de crisis en el cine, pero las propuestas que se están llevando a la pantalla grande no es que sean muy atractivas que digamos. Insisto, desde mi punto de vista personal.
Fíjate que en la gala de entrega de premios Fugaz, donde estaba nominado como director nobel, un presentador hizo una gracia diciendo que el corto en España ha conseguido hacer lo que el largo no consigue y es llenar una sala de cine entera. Estaba la sala llena y había más de 1.000 personas. Bromas aparte, porque no dejaba de ser un festival de cortometrajes, sí, parece que hay una crisis en el cine que se acrecienta un poco con las plataformas para ver el cine en casa.
Pero las plataformas no dejan de ser cine, aunque no sea a oscuras en un lugar grande y comiendo palomitas. Yo me estoy refiriendo a lo que son las historias de las películas. Miras la cartelera y te preguntas qué voy a ver. Es como si el cine viviera un momento gris.
Sí, puede ser. Lo bueno de las plataformas es que al final se diversifican muchísimo. Hay una oferta increíble; más que nunca, incluso. Pero claro, quizá la crisis esté en las grandes empresas, Los grandes estudios son los que, a lo mejor, están sufriendo más el hecho de que no haya una sala entera deseando realmente ver el espectáculo.
Insisto en que la crisis no es de tecnología ni de técnica ni de formato o de fotografía, sino de las historias que se quieren contar y llevar al cine, porque a lo mejor no se está dando con la tecla. Y, de hecho, ahí hay una juventud detrás que se está aburriendo solemnemente.
Sí, la juventud es un caso aparte. Parece que cuesta que un chico o una chica de 18, 17, 15 años, puedan estar dos horas delante de una pantalla sin hacer nada más. Parece que ya eso es imposible. Con los formatos de películas largas, es complicado, me cuestan incluso a mí no coger el móvil... Imagínate.
¿Cuáles son sus películas favoritas?
Te puedo hablar mejor de películas que me han marcado. Desde pequeño para mí, La Guerra de las Galaxias, Star Wars, ha sido mágica. Ahora las dos últimas entregas de Dune me han fascinado también y son un poco la continuación de esas grandes sagas e historias como El Señor de los Anillos o Parque Jurásico. Y luego un cine que me influyó bastante, por ejemplo, fue el de Jean-Pierre Jeunet, con 'Amelie', y que luego me metí más en su trabajo con 'Delicatessen' y me cambió mucho la forma de ver sobre todo la puesta en escena, los colores, esos mundos un tanto oníricos. Ya te he dicho que me encanta David Lynch. 'Terciopelo azul' o 'Mulholland Drive' para mí son joyas absolutas. Me gusta mucho también Terry Gilliam, aunque las últimas películas suyas no me han hecho mucha gracia. Y luego, por ejemplo, 'Psicosis', de Alfred Hitchcock, siempre me ha causado muchísima fascinación, desde pequeño, y es uno de los grandes clásicos. Si te digo la verdad, disfruto viendo tanto una película de superhéroes de la Marvel, que me gustan mucho, como el cine de Jean-Luc Godard. Me gusta apreciar cada género y cada época del cine y las disfruto por igual.
