Opinión

Artículo Periodístico 4.315º: 'No sé qué solución tendrá esto de los móviles y Javier Marías...'

Humor  1.967 de JMM Caminero
Humor 1.967 de JMM Caminero

No encuentras una persona por la calle, que no vaya hablando, o si quieren la mitad, o, ahora también escribiendo. Al menos sirve para leer y para escribir o enviar imágenes...

No estoy en contra, porque esto es como el invento de la rueda o del fuego, cada vez irá a más, supongo que terminará con unas gafas que será en parte móvil y pantalla, y, percibirás al mismo tiempo dos realidades, la de la realidad exterior con tus percepciones sensitivas, y, al mismo tiempo, la percepción a través del móvil, que te puede comunicar con otras personas, o, incluso irte explicando realidades del exterior –quién sabe, si te dirá ese edificio fue de hace tres siglos, y, esa persona que te cruzas es tal y tal, que se dedica a hacer tortillas de patatas que ha recibido diez premios internacionales del huevo y las patatas...–.

Estás comiendo o degustando o descansando y suena el móvil. Estamos atados al móvil. Con el  móvil que queda de alguna manera, quién o qué llamadas recibes o qué y a quién escribes. Con el móvil el control y heterocontrol es posible y practicable. Quizá, dirá que usted no es importante como persona o como individuo, pero si es usted como grupo o colectivo. Y, desde luego, yo opino, que difícilmente se harán revoluciones en el futuro, si no desean que se realicen, porque en un momento, podrán interrelacionar miles de móviles, miles de llamadas, miles de nombres y miles de contactos... Eso de hace un siglo que habría que descifrar un nombre para tirar de una madeja, eso en cierto modo, ya es posible en unos minutos. Sin negar los métodos antiguos...

En este recorrido por el articulismo nos hemos hallado o encontrado con uno de Javier Marías Franco, titulado: Moderna bestia callejera, publicado con fecha 17-XII-2.000, en el que nos relata y narra y describe un paseo con otras dos personas por una plaza de Italia, y se produjo la realidad, no pongamos nombres, que sus dos acompañantes en varias horas de paseo y almuerzo, uno recibió unas cuatro o cinco llamadas, la otra persona, todo el tiempo estuvo recibiendo voces electrónicas y tenía que contestar...

Esta es la realidad, además de otros parámetros, me pregunto muchas veces, si alguien que se cruza conmigo me ve o me percibe, o siente que estoy a tres metros o cinco, alguien que tiene una cabeza y dos piernas y quizás, también un corazón. O, soy menos que un actor con máscara y sin rostro, en una obra de teatro, o menos que la escultura del Quijote y su caballo y Sancho que atravesamos por la plaza...

No digo, que todo lo del móvil, sea negativo o malo. Sino simplemente sé, que nos irá cambiando todo, para bueno y para menos bueno. Esto es ya imparable, era imparable desde hace décadas, siempre recuerdo un escultor español que vivía en Norteamérica, que en una foto de El País, venía con una secretaria por el Paseo del Prado de Madrid, y, ésta llevaba como una especie de maletín que era el móvil de aquella época –algo semejante a esas líneas de teléfono, que utilizábamos en el Servicio Militar Obligatorio, que supongo usted no habrá pasado por esa experiencia, según su edad–.

El móvil irá hacia más, ya lo he indicado, pero me pregunto, sin negar las cosas positivas, si somos capaces ahora, de mirar la calle, de mirarse a sí mismo, mientras que uno camina por la acera, si uno se deja que el fondo de uno mismo le vaya hablando, le vaya recordando cosas, vayan cruzándose ideas y percepciones en su interior y en su exterior...

No sé, que habrá que hacer con móviles y otros artilugios semejantes, tablets y ordenadores, ya existen varias realidades: diríamos, uno mismo y por extensión el resto de seres humanos; el reino de la naturaleza y del cosmos; el mundo de las ideas-conceptos-cultura; las realidades metafísicas existan o no existan; y, el mundo electrónico de móvil-tablets-ordenadores. Esto último es una dimensión en sí. Queramos o no queramos... Vivimos ya en esas cinco dimensiones-espacios-tiempos...

Algunas personas han optado por no llevar móvil, las menos, otras solo arrastran en sus bolsillos y en situaciones especiales, móviles con teclas, es decir, que no se pueden enviar imágenes, ni están atados a Internet, y, otros, pues toda la gama de estas realidades, que supongo, que existirán algunos de altísima gama, para las elites empresariales y políticas y económicas, y, el resto de la población, ya estará en una división por calidades y precios...

Pero existe un problema doble y una solución doble. El móvil mal utilizado es una fuente de enormes sufrimientos, aumenta el mobbing a niños y adolescentes, aumenta las adicciones de todo tipo, aumenta muchas actividades negativas con el móvil es más fácil caer en ellas...

Pero también existe, que con el móvil, ha disminuido la espera de que alguien te conteste porque ha ido de viaje o por mil otras razones... El móvil está cambiando toda la estructura social de la realidad humana. Esta es la realidad... Me pregunto si el Sumo Pontífice llevará también móvil personal... hace unos meses, mi sociedad y país se puso de bruces y de cruces, porque se investigó/espió/reventó las claves de los móviles de altas figuras de la política...

Pero yo les digo, a tantas personas inteligentes que existen en informática. No podrían poner en el móvil, una tecla o un número o algo que en un segundo, alguien ante un peligro llame a la policía, o ésta pueda oír y escuchar –así se evitarían mobbing, así se evitarían asesinatos, así se evitarían delitos de todas las clases...–.

Y, también a los listos de la informática, no podrían inventar programas, que permitiesen que los niños y adolescentes no entrasen en algunas páginas, para evitar, cientos de peligros potenciales que pueden existir...

Creo que ambas cosas, ambos tipos y clases de peligros se podrían evitar, creo que se podrían hacer, o, vender móviles especiales o con programas específicos, para niños y adolescentes, para que no caigan en temas y cuestiones negativas... ¿Creo que esto se podría hacer, pero por qué y por qué no se hace...?