Opinión

Artículo Periodístico 4.229º: 'Las cartas y los escritores y los humanos y F. Savater'

Humor de JMM Caminero
Humor de JMM Caminero

F. Savater expresa que decía Cioran que para conocer a un escritor hay que leer sus cartas, porque los libros tienen mucho de máscara y de otras intencionales y finalidades, añadiría yo.

Pienso que lo que se expresa del escritor, es aplicable a cualquier persona, hace síntesis de síntesis, abstracciones de abstracciones, generalidades de generalidades, simplificaciones de simplificaciones. Por tanto, lo que escribe, no es todo lo que piensa o, y, siente porque el mundo interior es mucho más extenso que el mundo de un párrafo en una cuestión o tema.

Ahora, en estos tiempos, en que el notable escritor y pensador, Fernando Savater, él a sí mismo no se dice que es filósofo, cosa que le honra, cuándo y cuántos tantos se aplican ese titulo, el modestamente, se dice que es profesor de filosofía. Y, también que de eso ha vivido. Esa modestia viene a indicar, me parece a mí, que expresa que no ha inventado o descubierto grandes cuestione de filosofía. Pero si creo que es un filósofo y pensador y escritor, porque ha estado toda la vida buscando verdades y preguntas de verdades, con las letras y con su voz y con su figura.

No tengo que decir, que no estoy de acuerdo con todo lo que ha escrito o dicho o hecho el maestro Savater, pero también debo indicar que no estoy de acuerdo con todo lo que he escrito, dicho o hecho yo mismo. Es decir, nadie se eche sobre su cabeza un manto de hierro y mármol. Me he encontrado con un artículo de Fernando Savater titulado, Manía epistolar, fechado su publicación el 25 de abril del 2024, en TheObjetive. Algunos piensan, que cito a otros articulistas, nombres y columnas concretas para yo ponerme medallas de otros. Pero no es así, lo hago por esa equidad y justicia que debemos a otros, que si alguien nos sugiere algo, pues debemos dar al César lo que es del César. Porque el método científico se basa en subirse en hombros de otros. Y, justo es bueno, recordar a articulistas de hace dos siglos o de ayer... Podría construir el artículo sin citar a nadie, y, la columna sería lo mismo, pero no sería justa y equitativa...

Creo que cuando hablamos algo, decía, reducimos, simplificamos, generalizamos, abstraemos, y, creo que siempre es más lo que sentimos o pensamos, que lo que podemos decir o escribir en un párrafo. Por tanto, hablemos o escribamos, solo expresamos una parte de la realidad o de lo real. Sólo una parte. Y, además lo mezclamos con deseos, pasiones, fines, intereses, además de razones, argumentos, datos, recuerdos, etc. Hacemos mezclas de esculturas de palabras-pensamientos-deseos... Mezclas de platos de comida de ideas y sentimientos y fines...

Nos rodeamos de máscaras. Esta es la realidad. Unos más que otros, esto es también realidad. En las cartas también. Ahora se dice que no se escriben cartas personales, solo algunas, diríamos comerciales. Pero no estoy seguro. Lamento decirlo. Todos los millones de mensajes electrónicos que se envían de una frase de diez palabras o de un párrafo de cien, son una variedad de cartas...

Nos planteamos muchas veces, cuándo hablamos en un lenguaje oral natural, cuánto tiene de mensaje o contenido del tema que sea, sea comunicarle a la suegra que vas hacer un estofado de garbanzos, o sea indicarle, que su hijo ha llegado a las tres de la mañana, y, ésta situación no se puede continuar. Existe una dimensión en ese mensaje oral natural, una dimensión de contenido, otra dimensión de forma, y, todo forma un mensaje literario. Que la literatura que lleve sea de bajo nivel, no quiere decir, que no sea literatura, porque posiblemente ha seleccionado palabras, ideas, contenidos, formas, realidades, fines... Mezclado con emociones...

Todo está lleno de literatura y todo está lleno de letras, también dirá alguno de imágenes, de sonidos, de olores, de sabores, de experiencias táctiles, sí. Todo eso es verdad. Y, además combinaciones de todas esas percepciones. Quizá, por eso tengamos un encéfalo tan grande comparado con el cuerpo, porque constantemente, tenemos que ir descifrando los mensajes, que nos llegan y que emitimos, que son combinaciones de multitud de entidades perceptivas y, multitud de finalidades y fines e intereses...

Hoy, vemos al mismo individuo o persona que se viste de muchos modos, va por la calle, o con corbata o traje, o de forma informal si es un fin de semana, o con el chándal. Hoy nos vestimos de muchos modos y de muchas maneras... Y, mostramos muchas máscaras en y con palabras...

Quizás, las cartas que se escriben y las cartas que se reciben sean una descripción y definición más y muy importante de un ser humano. Sean cartas de papel con sello, o sean cartas electrónicas de mensajes de una línea con quince palabras o de un párrafo de cincuenta... Hoy, como siempre, las miles, cientos de miles de cartas que se escriben y se reciben se pierden…

Pronto llegará el día, si es que ya no está, en que alguno de los poderes del mundo, con algunos de los sistemas informáticos existentes, analicen, millones y millones de cartas que nos enviamos, como esa receta de una madre a su hijo como se hace el pollo frito o de aquella que un esposo le expresa a su conyugue de treinta años que se ha enamorado de otra. Pronto, no solo se leerán las cartas de forma individual, emisor y receptor en forma de cartas electrónicas, que a millones se mandan cada día. Sino que pronto se estudiarán por algunos de los poderes, los millones de cartas de cada día, para analizar nuestra mente más profunda a nivel colectivo e inconsciente y consciente y por grupos o áreas o características...

Y, entonces, tiempo que ya es presente, nos conocerán tanto, sabrán tanto de nosotros, tanto a nivel consciente y semiconsciente e inconsciente, tanto más que nosotros mismos a nosotros mismos, que sabrán pastorearnos de forma más eficiente y más eficaz. Aunque no sé hacía qué fines... ¡Quizá, hacia unas elecciones, quizá hacia unos fines sociopolíticos, quizá hacia unos fines económicos, quizá hacia unos fines demográficos, quizá...!