El cuidado del cabello es algo que ha tenido mucha importancia desde -casi- el principio de los tiempos, y en cada época se trataba de manera diferente pero siempre teniendo en cuenta que era una parte fundamental de nuestra apariencia.
Y es que lo único que queremos es lucirlo saludable y brillante, por eso necesitamos saber con más detalle el tipo de cabello que tenemos para darle exactamente lo que necesita.
En cualquier caso, apostar por un champú natural siempre es lo más recomendable, pero aun así te vamos a hacer un croquis para que tengas claro qué elegir la próxima vez que se te acabe el champú. ¡Allá vamos!
¿Tienes el cabello normal, seco, graso o mixto?
Estas son quizá los cuatro grupos más sonados, seguramente los habrás escuchado infinidad de veces. El cabello normal no es ni más ni menos, que aquel que se encuentra justo en medio del seco y el graso. Su mayor ventaja es que es bastante fácil de mantener ya que no requiere de ningún cuidado específico, simplemente seleccionar bien el champú, que en este caso suelen ser suaves y equilibrados en cuanto a hidratación y limpieza se refiere.
Es ideal que contengan fórmulas que no sobrecarguen ni resequen el cabello. Lo más recomendable es que los elijas con vitaminas, minerales y extractos de frutas.
El cabello seco, en cambio, tiende a crecer opaco y más bien frágil, con mucha facilidad de rotura. En este caso, apuesta por la hidratación profunda con ingredientes como aceites naturales (tipo argán, coco, oliva), manteca de karité o glicerina. Y si puede ser, libre de sulfatos.
El cabello graso es muy característico por el exceso de sebo en el cuero cabelludo que conlleva. ¿Cuántas veces ha parecido que tienes el pelo sucio y te lo acababas de lavar? Lo sabemos, muchas más de las que deberías. Por eso, opta siempre por ingredientes como el extracto de té verde, limón, arcilla o proteínas de trigo, que son limpiadores suaves pero muy efectivos que actúan sin dejar residuos.
Por último, el cabello mixto es aquel que combina a los anteriores, teniendo las raíces grasas y las puntas secas. Tendrás que buscar el equilibrio perfecto apostando por ingredientes como el aloe vera, el pantenol o la proteína de seda. Limpian sin resecar y al mismo tiempo aseguran la hidratación que tu pelo necesita.
En todos los casos, el objetivo principal tiene que ser que nuestro pelo tenga la mayor vitalidad posible, y para ello tenemos que encontrar productos de calidad como el champú Aveda, capaz de sacar la mejor versión de tu cabello sea de las características que sea.
Piensa también que el cabello rizado, el cabello fino o el teñido requieren también de unos cuidados específicos que no deberías pasar por alto. Por ejemplo, el pelo rizado necesita la hidratación necesaria para mantener intactos los rizos, mientras que el cabello fino requiere de champús ligeros que le den más cuerpo y volumen.
El cabello tratado químicamente suele perder vitalidad al poco tiempo, por lo que siempre debes elegir champús que protejan el color y que además hidraten de manera intensa ya que los tintes resecan mucho tanto el pelo como el cuero cabelludo.
En definitiva, elegir un buen champú acorde a tu cabello puede marcar una gran diferencia en tu apariencia. Cada cabello es único y requiere de unos cuidados específicos, la gran tarea consiste en investigar y saber qué es aquello que te está pidiendo tu pelo (a gritos).
